domingo, 9 de abril de 2017

El desarme

Estando así tan contra la pared, llegando con poco resuello a este callejón sin salida, acorralado por tantos y tantos perseguidores, me dije y les dije, tras una breve iluminación, que olvidáramos tantos rencores, que la paz es el camino, que qué bella es la concordia y que tomad, aquí están todas mis armas, las toneladas de explosivos y también las de malas intenciones, que tomad flores y niños sonriendo y que qué bonito es el cielo azul de esta mañana, que por favor suelte las esposas. Que ahora somos buenos chicos. Que nos demos un abrazo.

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