sábado, 15 de noviembre de 2014

El héroe

“¡Al suelo!”, gritó, con innegable e irresistible entonación heroica, tan así que nadie pensó otra cosa que no fuera obedecer, y al momento. Y mientras la turba aterrada tensaba los gemelos para el inminente salto, se echó a reír, porque era precisamente en el suelo donde estaban todas aquellas condenadas minas antipersona. 

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