lunes, 4 de febrero de 2013

1914


Un minuto antes de las siete y cuarto de la tarde se me ocurrió una matanza, un motor de venganza, una oda al absurdo y un campo de revanchas. Me dolió al minuto, me arrepentí a los cuatro, pero ya fue tarde.

2 comentarios:

  1. En menos de 1 minuto podemos mandarnos la mayor cagada de nuestras vidas, sólo que al ser tan poca cosa, no hacemos más daño que a nosotros mismos y a algún otro pobre infeliz que creyó en nosotros. El gran problema es cuando esos minutos entre el deseo y la ejecución están en manos de gente con verdadero poder.
    Un abrazo, Enrique.
    HD

    ResponderEliminar
  2. Si nos dejamos llevar por el arrebato somos capaces de volar en mil pedazos el planeta.
    Me ha bastado un minuto para reencontrarte.
    De aquí ya no me muevo.
    Un abrazo Enrique

    ResponderEliminar